Todo promotor inmobiliario persigue un único objetivo: conseguir la máxima rentabilidad para sus activos, es decir, que sus proyectos sean exitosos desde el minuto uno. Como dice el pintor francés Jean Pierre Sergent: “el éxito no se logra solo con cualidades especiales. Es sobre todo un trabajo de constancia, de método y de organización”. Nada más alejado de la realidad, el método de gestión es una pieza clave dentro del complejo puzle que es un proyecto urbanístico. En este sentido, el factor que más condiciona todo el proceso es el estudio previo de la viabilidad del suelo.
¿Por qué se ha de medir en todo momento la viabilidad de un proyecto? Porque las previsiones cambian continuamente y solo estudiando la viabilidad se pueden establecer unas aproximaciones de rentabilidad realistas y objetivas. El análisis se ha de basar en la monitorización continua de aquellos elementos que condicionan las perspectivas de un proyecto: suelo, inversión, financiación, necesidades de contratación, etcétera. Elaborar un informe de viabilidad simulado, combinando todos los posibles escenarios económicos, se antoja como un requisito indispensable. Así, podemos establecer un método de gestión integral que ayuda al promotor a conocer todo el potencial económico se sus activos.
¿Por qué la monitorización de KPIs mejora la rentabilidad?
Tener fácil acceso a toda la información sobre la viabilidad de un proyecto va a ayudarte a tomar siempre mejores decisiones; priorizar unos procesos respecto a otros y controlar todas tus necesidades económicas. Los indicadores clave de rendimiento (KPIs) asociados a la viabilidad, son los mecanismos de control que van a sembrar las semillas de una gestión eficiente y responsable.
¿Cuáles son estos KPIs?
- Rentabilidad Económica REI: Demuestra la viabilidad económica de un proyecto y su conocimiento actualizado favorece la atracción de nuevas inversiones a lo largo del proyecto.
- Modelización y comparación de escenarios de viabilidad: De forma rápida y funcional se pueden modificar alguna variable para generar nuevos escenarios de viabilidad. Cuantos más escenarios se dominen más preparados estaremos para tomar decisiones en el futuro; adelantándonos a todas las incidencias o riesgos a los que está sometido todo proyecto.
- Necesidad de recursos propios (Euros). En función del análisis, ¿cuántos recursos propios necesitaré? Este dato podrá variar en función de múltiples aspectos externos a la gestión.
- Necesidades de financiación (Euros): ¿Cuánto dinero voy a necesitar financiar en cada momento? Mantener actualizada esta información permite dirigir mejor los recursos para optimizar la balanza de resultados.
- Tasa actualización: En grandes proyectos que se demoran en el tiempo, la rentabilidad media que un promotor exige a un proyecto varía en función del valor del dinero. Tener presente este dato puede evitar desviaciones que condicionen a posteriori la rentabilidad del proyecto.
- TIR (Tasa interna de rentabilidad): Con el avance del proyecto surgen ciertos desajustes económicos. Esta tasa mantiene actualizada la rentabilidad de los cobros y los pagos generados en una inversión. Si el TIR esta por encima del porcentaje de rentabilidad que exigimos a cualquier inversión, sin duda el proyecto irá por el buen camino.
- VAN (Valor actual neto): Valor que muestra el estado actualizado de los flujos de caja del proyecto.
- Yield inmobiliario: Información para mantener actualizado el valor de mercado de tu activo. Más concretamente, este KPI es fruto del cálculo de los ingresos anuales brutos por rentas, dividido entre el valor de mercado del inmueble.
- Margen sobre ventas: Permite que tu empresa promotora conozca cuál es el beneficio y la rentabilidad de la inversión ya en fase de comercialización.
En definitiva, el análisis de la viabilidad del proyecto ha de entenderse como una actividad global que se extiende a lo largo de todo su desarrollo -desde la fase de estudio hasta la de comercialización- Invertir en un gran proyecto inmobiliario a ciegas es ya un error del pasado. De hecho, en la actualidad existen tecnologías que pueden llenar de claridad las operaciones del sector poniendo el conocimiento al servicio de la propiedad y en beneficio del progreso.
Sofia RTD es la herramienta de gestión de proyectos inmobiliarios idónea para controlar la viabilidad de tus activos. Su metodología de trabajo incluye un módulo especialmente diseñado para ello. De esta forma, desde un panel de control se recogen los KPIs ya comentados, se interactúa con ellos, se extraen informes y se documenta su evolución en una interesante huella digital.
El usuario de la herramienta tiene en la palma de la mano todo el conocimiento necesario sobre las perspectivas de futuro del proyecto. Nunca ha sido tan fácil saber qué necesitamos, qué vamos a necesitar y cuánto jugo vamos a poder sacar a nuestra inversión. Nunca antes se ha podido poner la primera piedra de un proyecto con tanta seguridad.
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